12/11/09

Cuanto nos queda para aprender de los animales


Tengo un amigo de años que es una máquina de contar chistes - los cuenta a demanda, por categorías y según el público presente. Uno de sus chistes preferidos, algo machista (a las que no les gusten los chistes machistas, por favor no lo lean!), cuenta sobre nuestros amigos los delfines:

¿En que se parecen las mujeres y los delfines?

En que nadie duda de su inteligencia, pero aun no encontramos la manera de comunicarnos con ellas.

Me acordé del chiste el otro día al leer una nota publicada en el diario The Guardian de Londres hace algunos años (gracias a Joshua Gans). Sucede que a los delfines del Instituto de Estudios de Mamíferos Marinos en Mississippi les enseñaron a recolectar la basura que caía a su tanque, a cambio de una recompensa de pescado. Al cabo de un tiempo, a un delfín (Kelly) se le ocurrió guardar un trozo de papel debajo de una roca, romperlo en pedacitos, y llevar los trozoz uno por uno a los entrenadores. De esta manera, conseguía varios pescados a cambio de un solo papel.

Un día, una gaviota aterrizó en el agua y Kelly logró atraparla. La llevó a sus entrenadores y, dada la hazaña, ellos la recompensaron con varios pescados. Increíblemente, la siguiente vez que Kelly fue alimentada ella escondió un pescado en el fondo del tanque y, más tarde (cuando no estaban los entrenadores), lo llevo a la superficie para usar como carnada - lo que le permitió capturar otra gaviota! Al ver que con esto lograba conseguir más pescado, comenzó a enseñarle a su cría la estrategia. La cría le enseño a los demás delfines jóvenes, y en poco tiempo todos los delfines del Instituto participaban del juego de moda, la captura de gaviotas.

No se requiere ser un experto en pedagogía o formación para darse cuenta que todos los elementos necesarios para un aprendizaje exitoso estaban presentes - motivación, metodología de prueba y error, aprendizaje social, "learn by doing", feedback inmediato, resultados medibles, etc.