Me parece que en la gran mayoría de los casos, la narración sale sobrando. Generalmente uno ve contenidos donde la narración acompaña, e incluso muchas veces duplica, los textos o diálogos en pantalla. Dado que las personas leen mucho más rápido de lo que hablan, el alumno termina de leer el texto antes de terminar de escuchar el audio. Como resultado, avanza sin haber escuchado todo - o bien, se distrae haciendo otra cosa mientras la narración termina (a menos que el cruel diseñador instruccional haya sincronizado el texto al audio, obligándonos a leer lentamente mientras escuchamos).
Los únicos casos en que me parece justificable incorporar audio es cuando queremos transmitir:
- Emociones: Salvo que acompañemos nuestro contenido con abundantes imágenes (piensen en una historieta), es muy difícil transmitir un estado emocional únicamente con texto. En este caso, acompañar con una narración profesional, agradable y por sobre todo expresiva, puede enriquecer el mensaje a transmitir. Enfatizo el hecho que sea profesional, ya que la grabación en un estudio especializado nos permite agregar efectos de sonido de fondo que multiplican su efectividad. Y claro, quedan completamente descartadas las herramientas de texto a voz.
- Significado "entre líneas": De la misma manera que con el caso de la transmisión de emociones, mostrar claramente el contexto implícito en un diálogo requiere de una sutileza que no nos pueden dar las herramientas de digitalización de voz. Ya que buscamos naturalidad y credibilidad en un diálogo de este tipo, también es recomendable recurrir a un narrador profesional - aunque hay que tener en cuenta que el mejor narrador del mundo no podrá darle vida a un guión malo.
- Contexto multicultural: Hoy en día la comunicación nos obliga a interactuar con personas de todo el mundo, especialmente en el mundo corporativo. Las conferencias telefónicas y reuniones virtuales multinacionales son cosa de todos los días, y el idioma inglés se ha convertido en la lingua franca del mundo corporativo. Lo más común es que participemos en reuniones y conferencias en inglés donde nadie hable el idioma en forma nativa. En estos casos, el desarrollo de competencias de comunicación en inglés debe incorporar la capacidad de comprender el idioma con múltiples acentos y niveles de fluidez, lo cual es imposible de hacer sin escuchar y acostumbrar el oído. Al igual que los primeros dos casos, esto no se puede lograr con herramientas de texto a voz - pero tampoco se puede lograr con la narración profesional! La única manera es a través de la mayor cantidad de ejemplos posible de personas reales, de diversos países y regiones, hablando en inglés con su acento característico.