16/1/09

Terminemos con el cursocentrismo

George Siemens hace referencia a un post de Gerald Graff sobre el concepto del "cursocentrismo". Me pareció excelente el término, que describe el estado de aislamiento o fragmentación de la educación hoy en día. Ya sea en los colegios, en las universidades o en las empresas, los planes de estudio están compuestos de cursos individuales que funcionan en el vacío. Incluso cuando hablamos de materias o cursos correlativos, donde la aprobación de un curso es requisito previo para iniciar otro, la correlatividad está basada únicamente en un esquema general de temas o conocimientos. En la práctica, cada docente organiza su contenido y sus lecciones como mejor le parece, enfatizando algunos temas y brevemente mencionando otros - sin considerar como aprendieron los alumnos de la materia anterior ni como se va manejar la materia que viene después. Hay muchos ejemplos de proyectos que duran un cuatrimestre o incluso todo un año, pero siempre están organizados bajo el paraguas de una sola materia. ¿Alguien sabe de algún proyecto único que abarque más de una materia e involucre a dos o más profesores?

El post habla de la ironía de esta situación dada la revolución digital que vivimos. Hoy vivimos en un mundo hiper-conectado, siempre en contacto con nuestras redes sociales. La revolución 2.0 ha impactado en prácticamente todos los ámbitos y sociedades, pero todavía hay muchos docentes que entran al aula, conducen sus clases y se van, sin enterarse de lo que puede estar pasando en el aula de a lado. Hasta en el e-learning se reproduce este fenómeno, con cursos aislados entre sí (y protegidos por contraseñas, por si las dudas...) dentro de un mismo LMS.

En el mundo de la empresa sucede lo mismo, aunque es menos aparente - la capacitación de cada área es desarrollada por separado, muchas veces por consultoras externas, y luego es impartida en el marco de un "plan de capacitación" global. El plan cuenta con el hilo conductor de la estrategia de negocios de la empresa, y se beneficia de una estética común (no siempre respetada), pero los pormenores de cada curso dependen del criterio del instructor a cargo, sin considerar lo que pueden llegar a incluir cursos relacionados o complementarios. Y en el caso de habilidades blandas e idiomas, las brechas se acentúan notablemente.

Sería interesante que cada uno de los que participamos en los programas educativos de nuestras organizaciones nos tomáramos el tiempo de informarnos sobre lo que están enseñando nuestros pares y como lo están enseñando, y nos esforzáramos por "conectar" los conocimientos un poco más. Esto nos abriría las puertas para realmente aprovechar las tecnologías colaborativas tan fácilmente disponibles hoy.